19 ene 2010

Los Vampiros y la Literatura


Durante los siglos XVII y XVIII varias oleadas vampíricas (probablemente incidentes de epidemias e histeria colectiva) barrieron numerosos países de Europa Oriental. Esto produjo un interés generalizado en los vampiros, que llegarían a ser comentados por personajes de la talla de Descartes y Rousseau. Uno de los autores más importantes que han trabajado el vampirismo fue el monje benedictino francés Dom Augustin Calmet (1672-1757), abad de Senones, destacado exégeta e ideólogo de la Inquisición que escribió, entre otras muchas obras, un libro titulado El Mundo de los Fantasmas. En él se incluye el ensayo que lleva por nombre Negociación y explicación de la materia y características de los Espíritus y los Vampiros, y así de los retornados de la muerte en Hungría, Moravia, etc. Con esta obra, Calmet realizó la primera diferenciación clara entre los vampiros, por una parte, y los demás espíritus y demonios, por otra. El distinguido abad se preguntaba en este estudio si el vampiro está realmente muerto, mediante qué mecanismo es capaz de escapar de la tumba, y qué clase de energía mueve su cuerpo. Llegó a la conclusión de que, a pesar de su naturaleza maligna, los vampiros son seres creados por Dios. E indicó que el mero hecho de ser pagano era causa insuficiente para convertirse en vampiro, pues de lo contrario los romanos y griegos, que adoraban a dioses paganos, se habrían transformado todos en vampiros. Otro autor famoso que trató el tema del vampirismo fue Montague Summers (El Vampiro en Europa, publicado por primera vez en 1929), quien realiza un recorrido de la presencia vampírica a lo largo de la historia, desde la Antigua Grecia hasta la época moderna, a través de los diversos países de Europa. El legendario poeta inglés Lord Byron (1788-1824) escribió el poema épico The Giaour (1813). Aquí ya está presente la combinación del horror y de la lujuria que el vampiro siente y el concepto de los no-muertos que pueden pasar su maldición a los vivos. En 1816, Byron pasaba unos días en las orillas del Lago Leman (Suiza) junto a un amigo, el médico John William Polidori. Mientras se hallaban en lugar tan paradisíaco, dieron una fiesta a la que acudió el reconocido poeta Percy Shelley y su última mujer, Mary. Entonces se desató una tormenta alpina, y se vieron obligados a permanecer en el interior de la casa, contando historias de miedo. En un determinado momento, el ambiente se caldeó por el alcohol y varios de los presentes se retaron a escribir la mejor historia de terror y misterio de todos los tiempos. Mary Shelley empezó en ese momento a escribir la famosísima novela Frankenstein, un mito mefistofélico de nuestro tiempo; Byron redactó el citado fragmento, pero no llegó a completar la obra. Su amigo Polidori lo incluiría después en El Vampiro, un Cuento, novela publicada en 1819; irónicamente, la propia vida de Byron se convirtió en el modelo para el «señor Ruthven», el protagonista. Una secuela no autorizada de esta novela es llamada Lord Ruthwen ou les Vampires (1820) del autor francés Cyprien Bérard, la cual fue adaptada por Charles Nodier en el primer melodrama de vampiros teatral. También a principios del siglo XIX se estrenó en Leipzig la ópera Der Vampyr, escrita por Heinrich Marschner. Era el año 1828. Drácula personifica la fascinación de lo prohibido y es una figura simbólica clásica para la sexualidad reprimida de todas las sociedades que oprimen de un modo u otro esta manifestación de la naturaleza humana; específicamente, la sociedad victoriana que Bram Stoker sufrió, era tan represora de la sexualidad que sólo era una cuestión de tiempo que Drácula renaciese. La capa de terciopelo o cuero negro en el exterior y seda roja en el interior, quizás el más característico de los leitmotivs vampíricos, fue añadido por Hamilton Deane en 1924 para simbolizar al murciélago. Bela Lugosi, el actor que más brillantemente ha representado el papel del vampiro, exigió y consiguió que se le enterrara envuelto en su capa. Y hablando de actores, Drácula apareció en el teatro por primera vez en 1897, con la obra Drácula, o el No-Muerto escrita por el propio Bram Stoker. La première tuvo lugar en el Royal Lyceum Theatre de Londres. Más popular resultó la versión del ya mencionado Hamilton Deane, estrenada en 1923. El musical Tanz der Vampire se sigue representando en Viena. Un escritor británico, Brian Lumley, desarrolló otra generosa aportación al género de los vampiros. En su serie del Necroscopio (las Crónicas Necrománticas) narra los enfrentamientos de su protagonista contra diversos seres de procedencia vampírica. Sin embargo Lumley se desmarca completamente de las convenciones del origen de los vampiros, y los presenta como parásitos que se sirven de los humanos (aunque también podrían parasitar animales si así lo desearan) para sobrevivir, mejorando biológicamente a su hospedador y otorgándole poderes sobrehumanos, mientras va sustituyendo la propia personalidad por la del vampiro.

El Vampiro en el Cine


Ya en 1922 el vampiro fue llevado al cine por primera vez, bajo el título Nosferatu, una Sinfonía del Horror, con la genial representación de Max Schreck y dirigida magistralmente por F.W. Murnau. Desde entonces, el vampiro, como siempre inmortal, ha protagonizado incontables producciones cinematográficas y televisivas. Desde las películas Nosferatu y Drácula, se han filmado una infinidad de películas en cine y televisión sobre vampiros. El vampiro-Drácula por excelencia en el cine de las primeras épocas ha sido el actor Bela Lugosi. Muchos comediantes incorporaron esporádicamente y en tono de humor la temática del vampirismo en sus producciones, tales como Los Tres Chiflados, Bud Abbot y Lou Costello. Un toque de comedia negra era el poseído por la película El baile de los vampiros, en que cazadores de vampiros intentan destruir a varios de estos seres. Algunos sostienen que el posterior asesinato de la actriz Sharon Tate, figura femenina protagonista de esta película de Roman Polanski, a manos del Clan Manson tuvo algo que ver con el irreverente tono del film de Polanski sobre este tema oscuro. La asociación con el vampirismo se dio también con algunos criminales sexuales y asesinos en serie, siendo el más representativo el caso de M, el vampiro de Düsseldorf, que inspirara un memorable film de Fritz Lang. El cineasta John Carpenter también hizo un aporte a este género con su película Vampiros. Por otra parte, el género de acción también tiene un personaje vampiro, la película Blade con el actor Wesley Snipes está basada en el personaje del comic del mismo título, y trata de un cazador de vampiros contemporáneo. Una de las más recientes adaptaciones cinematográficas de este género literario en cine es Inframundo (Underworld en inglés), la cual narra una antigua guerra entre vampiros y hombres lobo la misma fue exhibida en el año 2004 y en 2006 salió la secuela titulada Underworld: Evolution. En televisión, y con intención de entretener a un público preferentemente adolescente, ha destacado recientemente la serie Buffy, la cazavampiros, de la cual se desprendió un personaje secundario (Ángel), en una nueva serie con el mismo nombre que su protagonista. La serie canadiense El Señor de las tinieblas tuvo como protagonista a un vampiro de 800 años trabajando como detective de homicidios. Trabajaba solo de noche, tenía su refrigerador bien abastecido de sangre de animales, y poseía un coche clásico con un enorme maletero, para ocultarse del sol si el día lo sorprendía. Una exitosa franquicia de animación japonesa titulada Vampire Hunter Do Hellsing tiene como protagonista a un vampiro. De igual manera la franquicia del mismo país Kamen Rider en 2008 produjo la temporada Kamen Rider Kiva, que cuenta la lucha de un joven mitad vampiro que combate contra un grupo de seres que succionan la energía vital de los humanos. El cine de animación cubano produjo ¡Vampiros en La Habana!, una comedia sobre las aventuras de un vampiro adolescente cubano. Otra serie animada sobre vampiros ha sido El conde Pátula, un desopilante pato-vampiro que fue pensado para audiencia infantil. La más importante revisitación del mito del vampiro se produjo a finales del siglo pasado. Una escritora norteamericana llamada Anne Rice publicó las Crónicas Vampíricas, una trilogía compuesta por las novelas Entrevista con el Vampiro, Lestat el Vampiro y la Reina de los Condenados, que después, dado su enorme éxito comercial y cinematográfico, ha continuado con secuelas como Memnoch el Demonio y Armand el Vampiro. Las Crónicas Vampíricas constituyen el último gran éxito de este personaje, que ha demostrado una vez más estar tan de actualidad como siempre. No obstante, los vampiros de las Crónicas son seres de ficción adaptados al blando gusto de las sociedades contemporáneas, totalmente carentes de la maligna crueldad sin remordimientos de un Vlad Tepes. En las Crónicas, los vampiros se nos muestran como unos entes elitistas, posmodernos y confusos, sólo un poco pervertidos, con sentimientos de culpabilidad y humanizados, aptos para todos los públicos, sumergidos en el pensamiento filosófico de la Nueva Era. No destilan las gotas de maldad en estado puro que, en todas las culturas y civilizaciones, caracterizan al Draculae, el Dragón, el Demonio.

18 ene 2010

erzsébet bathory


Ersebeth Bathory nació en 1560 en una de las mejores familias de Transilvana. Tenia muchos parientes poderosos, un cardenal, un príncipe, y un primo que era el primer ministro de Ungiría. El más famoso de su familia era tal vez el Rey de Polonia Steven. Ersebeth se caso con el Conde Ferencz Nasdasdy, a la edad de 15 años, sin embargo ella conservo el apellido. Ellos vivían en el castillo Csejthe en Nyitra. El conde tenía fuertes batallas. Su apodo era ´El héroe negro de Hungaria´, mientras el estaba afuera, el sirviente de Ersebeth, Thorko la introdujo al ocultismo. Ersebeth no podía soportar el dominio de su suegra, ella empezó a torturar las chicas de la servidumbre con la ayuda de su vieja enfermera Iioona Joo, y sus otros cómplices, el mayordomo Johannes Ujvary, Thorko, un leñador llamado Darvula y una bruja: Dorottya Szentes. En 1600, Ferencz muere y empieza el verdadero periodo de atrocidades de Elizabeth, para empezar mando lejos a su suegra. Ella era bastante vanidosa y temía a hacerse vieja y perder la belleza. Un día por accidente una chica de la servidumbre le jalo un cabello mientras la peinaba, Ersebeth le apretó la mano tan duro a la chica que empezó a desangrar, cuya sangre cayó en la mano de Ersebeth. En el instante ella sintió, en su piel una frescura que nunca había sentido, ella estaba segura de que había descubierto el secreto para la eterna piel joven!!!. Ella le dijo a su mayordomo y a Thorko que ataran a la sirvienta, la ataron, la cortaron y llenaron una tina con su sangre. Ersebeth se baño en ella para hacer bello todo su cuerpo. Durante los 10 siguientes años, el impulso del mal de Ersebeth la proveyó de nuevas chicas para sacarles la sangre en rituales y para sus baños de sangre. Pero una de sus víctimas de escapo y le dijo a las autoridades lo que estaba pasando en el castillo Csejthe. El Rey Mathias de Hungaria le ordeno al primo de Ersebeth, el Conde Cuyorgy Thurzo, gobernador de la provincia que investigara el castillo. En Diciembre 30, de 1610, ellos registraron el castillo. Quedaron horrorizados por las terribles cosas que vieron ahí: Una chica muerta en la recamara, desangrada y otra vía que su cuerpo tenia hoyos, en el calabozo descubrieron muchas mujeres vivas, entre las cuales algunas habían sido agujeradas, abajo del castillo exhumaron los cuerpos de alrededor de 50 mujeres. Ersebeth fue puesta en arresto, en su propia casa. Tuvo un juicio en 1611 en Bicse, se negó a declararse culpable o inocente y nunca apareció al juicio. Un manuscrito del juicio, aun sigue en Hungaria! El mayordomo Johannes Ujvary, testifico que habían sido asesinadas alrededor de 37 mujeres solteras, 6 de las cuales trabajaban en el castillo; las victimas eran atadas hacia arriba y cortadas con tijeras; algunas veces las dos brujas torturaban a las mujeres, o hasta la Condesa misma. La vieja enfermera de Ersebeth testifico que alrededor de 40 mujeres habían sido torturadas y asesinadas. 

Toda la gente que estuvo involucrada en los asesinatos se les corto la cabeza y se les cremo, exceptuando la Condesa y las dos brujas. Las dos cómplices brujas se les rompieron los dedos, y fueron quemadas vivas. La corte nunca hizo convicta a la Condesa Ersebeth de ningún crimen. Unos constructores, fueron al castillo y pusieron paredes en ventanas y puertas dejando a la Condesa adentro. Dejaron un pequeño hueco por donde se le pasaba comida. El rey Mathias II demandaba la muerte para Ersebeth, pero debido a su primo el primer ministro, el rey acordó una indefinida condena, que significaba confinamiento a solas para toda la vida. En 1614, 4 años desde que la atraparon entre paredes, uno de los guardias quería ver a esa famosa belleza. Y vio su demacrada cabeza en el suelo. Ersebeth Bathory, ´La Condesa Sangrienta´ estaba muerta. Existen algunas conexiones entre los Bathory y los Drácula. El comandante de la expedición que ayudó a Drácula a regresar al trono en 1476 era el príncipe Steven Bathory. Un pariente de Drácula, del castillo de Fagaras, tuvo mucho que ver con los Bathory durante el tiempo de Ersebeth. Las dos familias tenían un diseño de dragón en sus escudos.